4 oct 2013

En un panal de rica miel...

Estaba el otro día de guardia, cuando vi cómo realizan las enfermeras una cura de una tumorectomía mamaria a una paciente. Y cuál fue mi sorpresa cuando descubrí que, en lugar de echar un chorro de Betadine, ¡¡usaban miel!! Y buscando un poco, he descubierto que la miel, la melaza y el azúcar granulado han sido utilizados para la cura de heridas y de quemaduras desde hace siglos. 

Los efectos antimicrobianos del azúcar han sido ampliamente estudiados, motivo por el que se ha rescatado su uso en la práctica clínica tras estar abandonado durante décadas. En realidad, si lo pensamos detenidamente su uso no es algo tan excéntrico, puesto que estamos muy familiarizados con el principio antibacteriano del azúcar, al menos en la conservación de alimentos, como las mermeladas.

Aplicada directamente sobre una herida, la miel crea un ambiente ácido no apropiado para las bacterias. La glucosa oxidasa es una enzima que poseen las abejan y pasan a la miel que tiene la capacidad de liberar peróxido de hidrógeno (agua oxigenada para quien no lo recuerde) a niveles suficientes para ser antiséptica, pero fácilmente neutralizable en los tejidos, gracias a la catalasa de nuestras células. También se ha identificado en la miel un nuevo péptido, llamado defensina-1, con propiedades antimicrobianas. Además, la glucosa tiene un gran poder osmótico, es decir, retiene mucha agua, de modo que supone una concentración tan elevada que produce la ruptura de la pared bacteria. Por otro lado, el peróxido de hidrógeno que aporta la miel tiene un efecto estimulante sobre los fibroblastos encargados de recomponer el tejido dañado. 

En fin, parece que nos encontramos ante un remedio que es a la par bactericida y cicatrizante. Así que, a diferencia de la mayoría de hoax que recomiendan echarse todo tipo sustancias sobre las heridas (como el famoso caso de la clara de huevo), esta vez sí tiene fundamento científico.


Fuentes:
  • Mphande, A.N.G. et al.  Effects of honey and sugar dressings on wound healing. Journal of Wound Care. 2007 16: 317-319.
  • Medhi, B. et al. Topical Application of Honey in the Treatment of Wound Healing. A Meta-Analysis. J.K. Science. 2008. 10:166‑9.

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