7 abr 2013

Esa mirada patética...

En nuestro cuerpo hay 12 nervios que son especiales porque salen directamente del encéfalo y no de la médula espinal como el resto de los nervios; por este motivo los llamamos pares craneales. Y hoy vamos a hablar de uno de estos nervios, el IV par, que también es conocido como nervio "patético".

Fuente: visiondat.com
El nervio patético es uno de los tres nervios encargados de los movimientos oculares, en concreto solamente se encarga del movimiento de un solo músculo, el oblicuo superior, que nos permite mover el ojo hacia abajo cuando este se encuentra mirando hacia la nariz, acciones necesarias para leer o para bajar las escaleras.

Fuente: scielo.isciii.com
Cuando este nervio se lesiona (algo bastante frecuente de ver en la práctica diaria, ya que al ser el nervio más largo y fino de los pares craneales es el que más frecuentemente se daña en caso de traumatismo craneoencefálico), el ojo se desplaza hacia arriba cuando lo posicionamos hacia adentro, tal y como se muestra en esta imagen. En esta situación el paciente tendrá una visión doble vertical, por lo que se tiende a ladear la cabeza hacia el lado del ojo desviado para poder compensar el estrabismo poniendo los ejes oculares algo más alineados.


Fuente: elforocofrade.es


Esta posición de los ojos se parece mucho a la mirada con la que se pinta a muchas imágenes religiosas rezando y mirando hacia el cielo, mirada que las escuelas pictóricas llaman mirada patética, ya que el significado original de "patético" es que desprende un sentimiento aflictivo o de dolor, sin el matiz peyorativo que le aplicamos hoy en día a ese adjetivo. Por este motivo, posteriormente algún neurólogo pensó en la similitud de estas imágenes y la cara de sus pacientes, bautizando al nervio como patético. También se piensa que Alejandro Magno podría haber sufrido este tipo de lesión, posiblemente en algún traumatismo sufrido en batalla, ya que siempre aparece con la cabeza inclinada en los bustos, atributo que también describió Plutarco en la biografía de Alejandro, así como lo que el escritor definió como una mirada peculiar y enternecedora.




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